Las imágenes hablan por sí mismas el Sábado 30 de Enero..., qué fascinante e impactante fué ver a la gente como un manto vivo que se desplazaba en los espacios de la plaza y calles circundantes, bajo el sol abrasador, con la mirada de este gigante hermoso que nos regaló horas de magia, la alegría de la música que llenó el espacio y la espectación de los que pudimos apreciar todo esto desde la altura, con el tío Escafandra casi al alcance de la mano. Gracias a todos los que hicieron esto posible, los chilenos en verdad lo necesitábamos y lo merecemos. Tenemos que cultivar cada vez más las fiestas culturales en nuestros espacios, que serían cada vez más propios, hermosos y seguros si los hacemos de verdad nuestros. Entonces a tener buenas actitudes de participación ciudadana, a proteger nuestro patrimonio de espacios públicos, a difundir, a crear, a expresar, no solo en Enero cuando tenemos teatro a mil. ¿Por qué no tener arte y cultura siempre?. ¿De quién depende?, como ciudadanos activos empecemos a visualizarnos con estas formas de vivir la ciudad, así nos acercaremos a cumplir estas espectativas.
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