Mónica Palma Vergara, Diseñadora Paisajista U. de Chile.
Consultora y Vicepresidenta Ejecutiva Corporación Patrimonio y Paisaje.
Humberto Giannini, en la Reflexión Cotidiana, habla de la calle como medio de circulación y de comunicación ciudadana y de la fundación de la Plaza Mayor como el gesto fundacional y momento solemne, en que se inicia la nueva vida civil
¿Cómo definir la vida ciudadana actual, en el lugar donde se fundó Santiago?, ¿Cuáles son las condiciones de habitabilidad del sector y su entorno? ¿Qué motivaciones hay para vivir en este barrio cargado de historia?
En breve respuesta, puedo decir que según pasa el tiempo, se va amando este centro, se lo hace propio, con un adentro y un afuera de gran diversidad, donde la opción de intimidad o sociabilidad, coexiste en armonía sabiendo buscar y valorar espacios y momentos. Intentaré varias miradas, integrando lo espacial, ambiental, funcional y significativo.
Las escalas espaciales: Casa, calle, barrio, ciudad y paisaje, se viven intensamente, pese a los impactos en distintos grados de la ciudad. Basta con asomarse por una ventana y dependiendo de la altura de observación vemos, tal vez la calle, un balcón, los árboles, el parque Forestal, un trozo de cielo, la luna, la plaza de Armas, el patio florido de casonas, iglesias, cerros de Renca, San Cristóbal y Santa Lucía o la cordillera de los Andes.
Son privilegios los recorridos caminando con diversos objetivos, por lugares como plazuelas y parques de sorprendente calidad vegetal por su variedad y longevidad, distribuidas según diseño paisajístico de estilo inglés, francés o más contemporáneo. Los paseos peatonales y rincones - refugios para la sana bohemia en los cafés o bulevares aún incipientes.
La Plaza atrae por su contenido vegetal y humano, con especies nativas e introducidas, palmas chilenas hace 7 años, encinas, magnolios, cedros, brachichitos.
Nos envuelve la Catedral, la Municipalidad, el Correo, el Museo Histórico, los Portales, los conciertos de jueves y domingos en el odeón. Llegando por Compañía, las ruinas del Mercurio, otorgan misterio, luego el Ex Congreso y los Tribunales, sus jardines de alto valor botánico y espacios públicos, el Museo de Arte Precolombino, con su invaluable muestra y espacios exteriores para descansar.
Atravesando Ahumada el Portal Fernández Concha, de noble arquitectura, cobijadora, balcones floridos y cargado de historias de vivos y muertos.
Avanzando por Merced, hacia el Norte el Paseo Phillips, asociado con la figura del Pte. Alessandri, al frente la Casa Colorada, y llegando a Mac Iver la Iglesia de la Merced, el carillón, su patio arbolado y conciertos vespertinos. Luego teatros, librerías, cafés, anticuarios, el reconocible cerro Santa Lucía y sectores aledaños al Museo de Bellas Artes y al Parque Forestal, se divisa como fondo escénico.
En la esquina de Estado, el Edificio diseñado por Eiffel, el paseo, la Iglesia San Agustín y las galerías. En 21 de Mayo la Iglesia Santo Domingo, la Fuente de agua y el Mercado Central como hitos.
El centro debe mejorar, pero las motivaciones para vivirlo, estarán siempre.
Consultora y Vicepresidenta Ejecutiva Corporación Patrimonio y Paisaje.
Humberto Giannini, en la Reflexión Cotidiana, habla de la calle como medio de circulación y de comunicación ciudadana y de la fundación de la Plaza Mayor como el gesto fundacional y momento solemne, en que se inicia la nueva vida civil
¿Cómo definir la vida ciudadana actual, en el lugar donde se fundó Santiago?, ¿Cuáles son las condiciones de habitabilidad del sector y su entorno? ¿Qué motivaciones hay para vivir en este barrio cargado de historia?
En breve respuesta, puedo decir que según pasa el tiempo, se va amando este centro, se lo hace propio, con un adentro y un afuera de gran diversidad, donde la opción de intimidad o sociabilidad, coexiste en armonía sabiendo buscar y valorar espacios y momentos. Intentaré varias miradas, integrando lo espacial, ambiental, funcional y significativo.
Las escalas espaciales: Casa, calle, barrio, ciudad y paisaje, se viven intensamente, pese a los impactos en distintos grados de la ciudad. Basta con asomarse por una ventana y dependiendo de la altura de observación vemos, tal vez la calle, un balcón, los árboles, el parque Forestal, un trozo de cielo, la luna, la plaza de Armas, el patio florido de casonas, iglesias, cerros de Renca, San Cristóbal y Santa Lucía o la cordillera de los Andes.
Son privilegios los recorridos caminando con diversos objetivos, por lugares como plazuelas y parques de sorprendente calidad vegetal por su variedad y longevidad, distribuidas según diseño paisajístico de estilo inglés, francés o más contemporáneo. Los paseos peatonales y rincones - refugios para la sana bohemia en los cafés o bulevares aún incipientes.
La Plaza atrae por su contenido vegetal y humano, con especies nativas e introducidas, palmas chilenas hace 7 años, encinas, magnolios, cedros, brachichitos.
Nos envuelve la Catedral, la Municipalidad, el Correo, el Museo Histórico, los Portales, los conciertos de jueves y domingos en el odeón. Llegando por Compañía, las ruinas del Mercurio, otorgan misterio, luego el Ex Congreso y los Tribunales, sus jardines de alto valor botánico y espacios públicos, el Museo de Arte Precolombino, con su invaluable muestra y espacios exteriores para descansar.
Atravesando Ahumada el Portal Fernández Concha, de noble arquitectura, cobijadora, balcones floridos y cargado de historias de vivos y muertos.
Avanzando por Merced, hacia el Norte el Paseo Phillips, asociado con la figura del Pte. Alessandri, al frente la Casa Colorada, y llegando a Mac Iver la Iglesia de la Merced, el carillón, su patio arbolado y conciertos vespertinos. Luego teatros, librerías, cafés, anticuarios, el reconocible cerro Santa Lucía y sectores aledaños al Museo de Bellas Artes y al Parque Forestal, se divisa como fondo escénico.
En la esquina de Estado, el Edificio diseñado por Eiffel, el paseo, la Iglesia San Agustín y las galerías. En 21 de Mayo la Iglesia Santo Domingo, la Fuente de agua y el Mercado Central como hitos.
El centro debe mejorar, pero las motivaciones para vivirlo, estarán siempre.
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